lunes, 22 de noviembre de 2010

Jean Jaques Rosseau

Rousseau era mesiánico y misántropo a la vez. La exploración de sus propias experiencias interiores superaba la mera sensibilidad, Elevó al ser como algo puro y capaz de elecciones morales autó­nomas. Ese individualismo exclusivo fue la base de su perdurable contribución al pensamiento romántico sobre el ser y la sociedad.
Yo mismo, el modelo
La primera página de las Confesiones de Rousseau establece su credo protorromántico: «He decidido realizar una empresa que no tiene precedentes, y que una vez completada, no tendrá imitador alguno. Mi propósito es presentarle a mi especie un retrato verídico en todo sentido, y el hombre al que retrataré seré yo mismo-

robespierre y de saint-just